By Michelle Lin, ’23
Cuando pienso en la educación, lo que me viene a la mente es que hay muchas tecnologías y muchos maestros simpáticos que aman ayudar a sus estudiantes. En Canadá, los alumnos tienen iPads y juegan videojuegos mientras aprenden matemáticas. Hay escuelas públicas a las que todos los estudiantes pueden asistir porque el gobierno da el dinero para todas las escuelas públicas. Para mí, la educación siempre ha sido fácil y normal. Nunca pensé que la educación pudiera ser un lujo. En Canadá, la tasa de alfabetización es del 99 por ciento. La mayoría de la población puede leer frases cortas y comprender declaraciones fáciles. Cuando estoy aprendiendo en las clases y estudiando sobre los derechos humanos en Canadá, pienso en la gran diferencia que existe entre mi situación y la de una estudiante en Guatemala. Aquí, la educación es un derecho básico; para las estudiantes que yo conozco en Guatemala, el acceso a la educación es, muchas veces, un privilegio.
Porque yo crecí en Canadá, siempre di la educación por sentado. Siempre que necesito aprender sobre una cosa nueva, puedo ir en línea y encontrar la información necesaria rápidamente. Pero no es lo mismo para gran parte de la población de Guatemala. Cerca de 35 million de personas mayores de 15 años no pueden escribir o leer; un 85 por ciento de la población de Guatemala ha sido alfabetizado. La educación no debería ser un lujo; especialmente para las familias que no ganan mucho dinero. Quizás algunas personas discutirán que, debido a la pobreza, la educación no es necesaria. Es verdad que hay pobreza en muchas partes de Guatemala, visto que el índice Gini muestra que hay una gran disparidad de riqueza. Frente a esto, yo afirmo que la educación es MÁS necesaria cuando hay muchos problemas y pobreza. Guatemala tuvo una guerra civil que terminó en 1996, muy recientemente, y gran parte de la población todavía está oprimida. Para la mayoría de la población, la agricultura es la única fuente de ingresos. En 2020, el índice de pobreza en Guatemala aumentó al 47 por ciento. La educación es el poder que puede cambiar las vidas de los menos afortunados. Aprender y leer sobre el mundo es la solución para empoderar a los jóvenes y romper los ciclos de pobreza. No debería ser que solo los jóvenes ricos obtengan una buena educación; TODOS deberían tener una buena formación — no es un lujo, sino un derecho humano.
Estoy de acuerdo que hay muchos problemas aparte de la falta de acceso a la educación. Tal vez la falta de medicinas, la falta del agua potable y mucho más. Pero eso no quiere decir que la educación no sea importante. De hecho, creo que la educación puede traer un cambio positivo a muchos problemas — los chicos pueden pensar soluciones creativas después de aprender muchas cosas. Sin la educación, nada va a cambiar.
Adicionalmente, la discriminación contra los pueblos indígenas agudizó la falta de igualdad y educación para estos grupos. Mientras que los niños guatemaltecos en general típicamente reciben 5,7 años de educación básica, los niños indígenas reciben solamente 2,5 años. Ellos viven en zonas rurales donde no hay acceso a Internet. Los niños indígenas son niños como todos nosotros — ellos merecen una oportunidad para cambiar sus vidas y obtener una formación básica adecuada. No pueden ayudarse cuando ellos ni siquiera tienen la oportunidad. Además, la falta de maestros capacitados — algunos estudiantes están en la escuela pero no pueden tener una buena educación. Solamente el 10 por ciento de los maestros tiene educación secundaria. Sin duda, esto ha sido un ciclo repetido: los que son pobres no tienen los fondos necesarios para obtener una educación cuando son jóvenes y como resultado, la educación de calidad básicamente no existe porque nadie puede enseñar el contenido después de la escuela secundaria.
Estoy harta: estoy harta de que los niños entusiasmados no tengan suficientes oportunidades para la educación; estoy harta de que los países más desarrollados elijan hacer la vista gorda; estoy harta de que casi nadie que yo conozco aquí en Canadá sepa sobre este problema.
También, las chicas están alienadas de la educación: es normal que las niñas no terminen la educación secundaria. Afortunadamente, Emelin y su amiga Elba quieren cambiar este problema. Emelin es un ejemplo de empoderamiento para todas las niñas luchando por la educación. Ella intentó hablar con el alcalde, esperando que él tuviera la misma idea. Pero no — él la encontró cómica. Por supuesto, ella no se rindió y empezó a trabajar con una organización que se llama “Let Girls Lead”. Con esta organización, ella mejoró sus capacidades de discurso y pronto, varias emisoras de radio y televisión empezaron a difundir su lucha por la educación. El alcalde no tuvo otra opción y terminó firmando la legislación para financiar su campaña. Las chicas como Emelin me dan esperanza por la educación para las niñas. Me solidarizo con ellas: juntas podemos encontrar una solución.
El mundo está avanzando, pero nosotros no deberíamos olvidar a las poblaciones que necesitan nuestra ayuda. La educación será una solución para muchos problemas. Si los jóvenes, nuestro futuro, tienen educación adecuada, las posibilidades son ilimitadas. Solo entonces el mundo verá un inmenso potencial — avanzando juntos hacia un mundo mejor.
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